miércoles, 1 de abril de 2015

SUICIDIO EN LAS ALTURAS: “toca reflexionar”

Parece claro que la frase que una ex-novia atribuye al piloto suicida en los Alpes cuyo nombre no debo, ni quiero recordar: “un día haré algo que cambiará el sistema y todo el mundo sabrá mi nombre”, fue, al parecer, la causa que produjo el fatal accidente cobrándose la vida de 150 personas y la muerte en vida de sus padres. ¿Trastorno mental?, ¿egoísmo?, ¿problemas afectivos?, ¿inmadurez?, ¿depresión?. La verdad que da igual porque el resultado no cambia la tragedia, salvo para las compañías de seguros que deberán dilucidar las causas aproximadas o reales para imputar a unos o a otros los costes de semejante tragedia.

Este piloto sí ha conseguido que los gobiernos mejoren la seguridad aérea, y ha puesto encima de la mesa que no todos los trabajos son iguales y que determinadas bajas laborales deban ser enviadas por los médicos que les atienden a los organismos y empresas implicadas con objeto de evitar que una persona que padece o puede padecer un trastorno mental pueda saltarse el diagnóstico clínico y aparentar que nada sucede.

Médicos, psiquiatras, psicólogos clínicos, poseemos informaciones clínicas de las personas que muchas veces por deontología debemos callar, tanto en la práctica diaria, como a nivel judicial. Debemos un respeto a la privacidad. Merece esto también una revisión según los casos?.

Si hay algo que debemos saber del suicida es que solo piensa en él, solo existe él, en ese lamentable acto. Le da igual, los gritos, que aporreen la puerta, que la quieran tirar abajo, él sabe lo que NECESITA realizar para conseguir su paz interior. Lo que le rodea no existe, su punto de mira, su objetivo único es la de liberar la tortura mental en la que está sumergido. Sin duda ese pensamiento le ha estado persiguiendo muchas veces. El lugar “de su gloria” también lo tendría planeado, pero no el día concreto. Ese día fatídico, mentalmente concurrieron en él más circunstancias personales que en otros vuelos Barcelona-Düsseldorf en los que también le rondaría la idea. Todo era normal hasta que vio la posibilidad de liberarse. Al parecer su respiración era serena porque el objetivo le daba paz y ya no tenía que seguir atormentándose, estaba en su silencio interior, solo estaba él.

Es triste, pero real y totalmente lógico que cuando hablamos de un enfermo mental nos vemos obligados a exculpar la acción realizada sea ésta cual sea. Algo difícil de aceptar para los familiares de los pasajeros fallecidos, para "la sociedad sana" y también, aunque en otra línea, difícil de sobrellevar para los psicólogos de emergencias y catástrofes que atienden a las víctimas.

Este dolor debe de traducirse en seguir mejorando en la investigación y trabajo para la detección de personas con cortes presuicidas.

Es cierto, que no existe un perfil del suicida, pero no es menos cierto que todos nacemos con ese manual incorporado, que algunos eligen aplicarlo de forma equivocada, pero cuando afecta a tantas familias nos hace reflexionar, más si cabe, en los fallos que tiene el ser humano y por lo tanto la sociedad.

Desde un punto de vista psicológico, y por supuesto con una cualificación demostrada por parte de los profesionales que los apliquen, habría que trabajar en conjunto con la sanidad, la justicia,….Actualmente se poseen instrumentos de medida muy fiables, además de establecer no una sencilla entrevista rutinaria, si no varias entrevistas en profundidad con objeto de realizar un pormenorizado estudio de personas y personalidades, que pueden representar por sus cargos un riesgo tanto para sí mismos, como para la sociedad, revalidando su idoneidad entre 3 y 5 años según la edad, de su capacidad, estado y salud mentales.  Ya que a veces : “no todo es lo que parece”. Toca reflexionar.

Mi más profundo recuerdo a los 150 fallecidos y sus familias, así como a los padres del piloto, cuyo nombre prefiero no recordar por su actuación, pero que sin duda  ha conseguido alertar de un error humano como es no aceptar la adversidad de la vida. Toca reflexionar.

Miguel Vallejo