miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Cómo sé que necesito visitar a un profesional? Ansiedad, adicciones, ira...

En general, sabemos que necesitamos la ayuda de un especialista cuando el malestar no nos permite llevar una vida normal. Pero la mayoría de las veces somos tan exigentes con nosotros mismos que nos forzamos hasta llegar al límite, pensando que podemos hacerlo mejor, que nosotros solos podemos superar la crisis; o ignoramos los síntomas de malestar pensando que cuando pase el pico de estrés que tenemos en el trabajo o en nuestra vida personal nos encontraremos mejor. Este tipos de conductas tan habituales solo tienden a cronificar el malestar y a que nos acostumbremos a vivir con él, forzando a nuestro cuerpo a soportar unas tensiones que en poco tiempo nos pasarán factura, generalmente a través de síntomas somáticos que afectarán a nuestra salud física (trastornos digestivos, alteraciones en la menstruación, pérdida de la libido, pérdida del apetito, o por el contrario apetito voraz y descontrolado, insomnio...).

Cuando se trata de ir al psicólogo, el error número uno es posponer la visita hasta que ya no podemos aguantar, un fallo común que hace más difícil a posteriori salir del agujero en el que nos hemos metido.

Son varios los síntomas que nos ayudan a detectar que necesitamos la ayuda de un especialista de psicologia clinica, como la sensación de pérdida de control en el día a día, las crisis de ansiedad, los ataques de pánico inesperados, la aparición de molestias físicas que no tienen explicación médica, el exceso de sudoración acompañado de taquicardias, hiperventilación y sensación de opresión en el pecho, el desbordamiento de las emociones (llanto o ataques de ira incontrolables), la sensación de encontrarse al límite o de no poder afrontar una situación, la acumulación de pensamientos negativos o catastrofistas (obsesiones que limitan nuestra vida cotidiana), la sensación de que la vida no tiene sentido o que no se tienen ganas de vivir, los pensamientos suicidas (aunque no se tenga la intención de quitarse la vida), los ataques de ira, la sensación paranoica de que los demás están en nuestra contra, las dificultades para dormir con normalidad...

Si se siente identificado con cualquiera de las sensaciones descritas o con varias de ellas es conveniente acudir a un especialista en psicología clínica que nos aporte la ayuda necesaria para retomar la energía, el optimismo y la felicidad que necesitamos para volver a la normalidad, de la misma manera que acudimos a cualquier otro especialista médico cuando tenemos cualquier otra dolencia.

Miguel Vallejo

jueves, 16 de octubre de 2014

Alteración en el comportamiento alimentario

Los psicólogos entendemos por alteraciones de la conducta alimentaria las enfermedades, progresivas y crónicas, que se manifiestan a través de la relación que un sujeto tiene con la comida. Estos trastornos de la conducta alimentaria no son fáciles de diagnosticar con exactitud ya que engloban una compleja gama de síntomas entre los que destaca la distorsión de la propia imagen corporal y un miedo irracional a subir de peso. Aunque existen muchas enfermedades asociadas a estas alteraciones, las más conocidas son, sin duda, la bulimia y la anorexia.

  • La anorexia es una enfermedad que se caracteriza por el rechazo a tener un peso igual o superior al supuestamente establecido según la edad y la altura del individuo acompañado de un miedo exagerado a engordar. Además, las personas anoréxicas crean una imagen distorsionada de su propio cuerpo, viéndose y sintiéndose gordas aunque realmente no lo estén. En el caso concreto de las mujeres, uno de los principales síntomas de este trastornos es la amenorrea, es decir, que deje de venir el período. Hay que señalar, también, que estos enfermos no tienen conciencia de que lo están y se convencen de que se alimentan correctamente.
  • La bulimia nerviosa es una patología que se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de comida en muy poco tiempo, algo que vulgarmente es conocido como ' darse un atracón' y que va acompañado de la sensación de no ser capaz de parar. Una vez finalizado viene el período de culpabilidad en el que el sujeto manifiesta su miedo excesivo a engordar y adopta conductas compensatorias tales como, por ejemplo, provocarse el vómito, usar laxantes o hacer ejercicio de forma exagerada. Este comportamiento genera vergüenza en la persona enferma, por lo que suele realizarse a escondidas. 

La mayoría de las alteraciones de la conducta alimentaria se deben a la ansiedad derivada de una excesiva preocupación por el aspecto físico y el peso corporal, la cual empeora los hábitos de las personas que la padecen. La baja autoestima, la frustración por padecer sobrepeso, las comparaciones con otros parientes y las presiones familiares son algunos de los factores que también pueden empujar al sujeto a manifestar esta conducta. Una vez que el trastorno se ha producido, los síntomas más evidentes que se pueden apreciar son el cansancio, la irritabilidad, la depresión, el aislamiento y la vergüenza, entre otros. La psicoterapia es una solución a todos estos problemas relacionados con alteraciones de la conducta alimentaria. En caso de que sea usted mismo quien lo padece o tenga algún familiar o amigo del que sospeche, lo mejor es que se ponga en manos de un profesional o le invite a hacerlo. La psicoterapia cognitivo conductual es una de las formas mas eficaces para superar este trastorno.

Miguel Vallejo

miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Cómo identificar trastornos psicológicos frecuentes?

Se puede definir el trastorno psicológico, como un conjunto de síntomas que pueden causar riesgos clínicos o discapacidad en la persona que los padece. El término psicológico implica que su origen no tiene porque ser biológico, y que pueden derivar del aprendizaje a lo largo de la vida de la persona. Para determinar los trastornos más frecuentes en psicología, existen diversos métodos, y los síntomas vendrán determinados por cada problema. Entre los más frecuentes están; La Depresión, uno de los más comunes. Puede deberse a muchos factores; personales, fisiológicos, genéticos, ambientales. La depresión produce cambios en el comportamiento de la persona, en su forma de pensar, de sentir y de ver el mundo que la rodea. Este estado inhibe la capacidad de disfrutar y el interés por actividades cotidianas. La Ansiedad, el cansancio continuo incluso la pérdida de apetito, son pautas que ayudan a identificar el problema.

Otros trastornos habituales, como las Fobias, implican un miedo irracional a determinadas situaciones, dando lugar a los diferentes tipos. El miedo desproporcionado a un estímulo o situación, hace que la persona, intente escapar de ella, sin que esta sea una amenaza ni le pueda causar daño alguno. La Ansiedad, tiene su origen en el miedo o creencia en no poder superar algún problema dado por un estímulo externo o interno. Los estímulos externos que no podemos superar, nos producen estrés, si son internos, nerviosismo, angustias, miedos, producen ansiedad. Los síntomas para detectarla, son varios: Físicos; mareo, imposibilidad de respirar, vómitos, sudoración, taquicardias, entre otros. También hay rasgos de conducta típicos, inseguridad, hiperactividad, confusión, dificultad para relacionarse, son fácilmente detectables. Los trastornos de ansiedad, pueden dar lugar a otros muchos, trastorno obsesivo-compulsivo, fobias, específicas o sociales, etc. Otro de los trastornos más frecuentes, son la hipocondría, creencia en que se padece una enfermedad grave, basada en una interpretación personal de sensaciones del sujeto. Trastornos del sueño; por mala alimentación, consumo de alcohol, tabaquismo, entre otros. La depresión y la ansiedad también pueden producirlos. Adicciones; tanto de sustancias químicas, drogas y alcohol como de comportamientos. La persona no puede prescindir de ellas, y su falta le produce un síndrome de abstinencia que dará una sintomatología diferente según la droga de que se trate, aunque de forma general, produce decaimiento, irritabilidad, mareos, apatía, entre otros. Las adicciones de comportamiento, ludopatías, bulimias, anorexias entre muchas, son conductas que dañan al sujeto, pero es incapaz de dejar de hacerlo.

Miguel Vallejo