lunes, 24 de noviembre de 2014

Puntos clave para mejorar la autoestima.

La baja autoestima, es una problemática cada vez mas presente en nuestra sociedad. Esto se debe a diversos factores emocionales, sociales, psicológicos, evolutivos. Eso, es por todos conocido, pero cómo levantar esa baja autoestima. Es por ello, que aquí os mostramos algunas orientaciones para que las tengáis en cuenta y de esta forma comenzar a no sentiros pequeñ@s frente a los demás, pero sobre hacia ti mism@.

  1. Presta atención a cómo te hablas a ti mismo. ¿Tienes alguna idea de cuántos pensamientos negativos pasan por tu mente todos los días acerca de ti mismo? Probablemente no. Incluso si es sólo algo sencillo como: "Hoy me veo horrible" lo que necesitas es supervisar y controlar tus pensamientos. Así que consigue un cuaderno y anota cada pensamiento negativo que te dices a ti mismo, de ti mismo. Después de una semana, echa un vistazo. A continuación, escribe por qué cada pensamiento negativo, no es cierto.
  2. No te compares con los demás. Si te comparas constantemente cómo te ves junto a un actor o junto a la cuenta bancaria de tu primo millonario, te sentirás mal contigo mismo. Así que evítalo a toda costa.
  3. No insistir en el pasado. Tal vez has hecho algo en el pasado que te avergüenza. Bueno, no se puede deshacer. Todo lo que puedes hacer es perdonarte a tí mismo, decidir hacerlo mejor, y seguir adelante.
  4. Encontrar un "compañero con buena autoestima". Cualquiera que haya tratado de cambiar sus hábitos sabe que es difícil. Y la autoestima también es un "hábito" -es una manera habitual de pensar sobre ti mismo. Por lo tanto, ayuda a tener a alguien que te indique cuando estamos siendo negativos y que nos ayude a guiarnos en la dirección correcta.
  5. Averiguar qué desencadena tus sentimientos de baja autoestima. Tal vez tu hermana mayor era la "perfecta", por lo que cuando estás con ella, ella es el centro de atención y te sientes peor de ti mismo. O tal vez estabas gordito cuando eras niño y todavía llevas esa imagen de ti mismo hasta el día de hoy. Todos tenemos ciertas áreas en las que nos sentimos mal con nosotros mismos. Así que trata de identificar qué situaciones o temas disparan tus pensamientos negativos y trabaja todos y cada uno de ellos.

Miguel Vallejo

martes, 18 de noviembre de 2014

¿Cómo convertir los errores en oportunidades?

Se ha demostrado sobradamente que mostrar una actitud positiva ante las vicisitudes de la vida y saber sacar partido de cualquier ocasión, por desfavorable que en principio parezca, puede salvarnos la vida. El optimismo nos protege de los malos pensamientos, de la rumiaciones, del estrés y protege nuestro sistema inmunitario. Los pesimistas pensarán en la suerte que han tenido los optimistas de nacer con esa forma de pensamiento tan favorable, pero lo cierto es que cualquiera puede tener una mente más positiva con un poco de entrenamiento.

Ser positivo no significa sonreír a pesar de vayan mal las cosas. De vez en cuando es necesario expresar el enfado y la frustración cuando nos sentimos de esta manera, pero únicamente como mecanismo de desahogo antes de ponernos manos a la obra. Mostrar inconformismo sirve para tomar el control de nuestra vida y asumir nuestra responsabilidad en las cosas que nos pasan. Cuando nos equivocamos tenemos la oportunidad de aprender algo. Si somos conscientes de aquello que hemos hecho mal podemos corregirlo, no repetirlo en el futuro. La clave está en aprender a afrontar nuestros propios conflictos para verlos como algo necesario e inevitable en la vida, ante los que podemos elegir aprender o hundirnos. El error es inevitable, pero sufrir por ello es opcional. Si tenemos clara esta premisa, comenzaremos a sentir una menor presión. Aceptar los errores es el primer paso hacia el éxito.

Pero ser optimista no consiste solo en aceptar los errores y sacar provecho de ellos. La clave de todo está en la flexibilidad. Cuanto más flexibles seamos para adaptarnos a las circunstancias, para improvisar planes alternativos antes las contrariedades, más airosos saldremos de los problemas y las piedras que aparecen en el camino. Los talantes rígidos suelen ocasionar un gran sufrimiento en la persona que los padece, por lo que la inflexibilidad es un rasgo que conviene eliminar de nuestros principios. El otro ingrediente imprescindible es conocernos a nosotros mismos, especialmente en nuestro aspectos positivos. Saber que tenemos recursos para afrontar gran cantidad de situaciones nos hará enfrentar los errores con fuerza, interpretándolos como un reto para darnos la oportunidad de aprovecharlo a nuestro favor. Para empezar a cambiar esta forma de ver las cosas puede ser un buen ejercicio preguntar a la gente cercana cómo actuarían ellos en tal o cual situación, o imaginar qué haría en nuestro lugar alguien a quien admiramos.

Miguel Vallejo

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Las terapias más solicitadas en Noviembre

Ha comenzado la etapa final del año, la emotividad de la época abre paso a un sinfín de emociones contrastantes para muchas personas, en ocasiones éstas provocan desajustes emocionales que pueden resultar inesperados, aunque esto no implica que sean negativos. Es en esta temporada del año cuando las terapias psicológicas aumentan considerablemente. Nunca está de más considerar acudir con un psicólogo para canalizar todas aquellas emociones, sensaciones o pensamientos que provocan alguna alteración en la personalidad. Algunas alteraciones comunes pueden incluir trastornos en el estado de ánimo, baja autoestima, problemas sexuales, problemas de pareja,  o trastornos de ansiedad, entre otros.

La Psicología Clínica para adultos ofrece diversos enfoques en los tratamientos, así como la psicología infanto-juvenil, orientada a niños y adolescentes. Las terapias se trabajan a través de diversas técnicas como la cognitivo conductual, que trata principalmente de que las conductas, hábitos o actitudes aprendidas, pueden ser de la misma manera desaprendidas y reconducidas adecuadamente.

Asimismo, la terapia emotivo conductual se basa en que una situación concreta genera creencias racionales e irracionales las cuales alteran el comportamiento del paciente. Esta terapia ayudará al paciente a combatir esas creencias y asimilar nuevas creencias positivas que mejoren su percepción ante los hechos.

Éstas son algunas de las terapias que los psicólogos tratan con más regularidad, especialmente en esta época del año, debido a los excelentes resultados que arrojan, pues, independientemente de ser una hermosa temporada, conlleva también a diversas situaciones, no necesariamente negativas, que pueden ser procesadas de una manera sana y eficiente con ayuda de un profesional.

Decidir tomar una terapia con psicólogos expertos implica mejorar de manera significativa la salud mental, anímica y emocional.

Miguel Vallejo

martes, 4 de noviembre de 2014

¿Cuándo debe actuar la Psicología Clínica?

La Psicología Clínica detecta, evalúa y trata estados mentales que limitan la vida de las personas, impidiéndoles mantener un equilibrio individual y social adecuado. Estas alteraciones somáticas, psíquicas o conductuales que trastornan el bienestar, son abordadas por esta especialidad con una metodología científica contrastada que tiene como único objetivo restablecer una relación armónica con el entorno y con nosotros mismos. En la compleja mente del ser humano existen aspectos diferenciadores que le identifican: la educación; los condicionamientos sociales; o los factores genéticos, actúan como elementos moldeadores de su personalidad. De ahí, la dificultad de establecer una clara línea divisoria entre trastorno y equilibrio. No hay duda de que el miedo, la inseguridad o el umbral del sufrimiento son experiencias determinantes en la aparición del estrés, la ansiedad o las fobias. Sin embargo, la medida en que nos afectan varía, en mucho, según las circunstancias personales que han definido la psique. Lo que para algunos constituye una situación insalvable y limitante, para otros se convierte en una experiencia enriquecedora. Es evidente, que la reacción ante un mismo estímulo puede provocar sensaciones absolutamente opuestas.

¿Cómo reconocer el momento en que se pone en riesgo nuestra salud mental?, en otras palabras: ¿Cuándo debemos recurrir a la Psicología Clínica en busca de ayuda profesional? Aunque, como hemos visto, la respuesta dista de ser universal, existen síntomas evidentes que deben activar la alarma: Incapacidad para superar o solucionar determinadas situaciones que comienzan a bloquear nuestra vida cotidiana. Contradicciones conductuales y emocionales entre lo que se hace y lo que se desea hacer. Dificultad para superar circunstancias dolorosas o cambios bruscos: enfermedades, muerte, separaciones o pérdida de empleo. Aparición de síntomas físicos y psíquicos relacionados: falta de sueño, ansiedad, cansancio, mala concentración, tristeza o problemas alimentarios. Los trastornos somáticos se pueden agudizar y reflejar problemas cardiovasculares (taquicardia), respiratorios (disnea) o gastrointestinales (vómitos), que necesitarán tratamiento médico especializado. La pérdida de ilusión, la apatía, el pesimismo y la inseguridad conllevan estados de tristeza que obstaculizan nuestra percepción. Caer en adicciones que pretenden sustituir nuestra incapacidad para enfrentarnos con la realidad. Todas estas señales pueden ayudar a detectar problemas psicosomáticos que deben ser tratados también por la Psicología Clínica, para su diagnóstico, y rehabilitación; un proceso cada vez más normalizado en la sociedad gracias a la ruptura con una serie de tabúes sin fundamento que relacionaban la visita al especialista con estados extremos de locura.

Miguel Vallejo